Es imposible resumir en una sola frase o párrafo toda la riqueza cultural que atesora el tiro con arco. El ser humano lleva en sus genes, el arco y la flecha. Las pinturas rupestres delatan una antigüedad de unos 20.000 años de esta invención. A su carácter eminentemente práctico (caza y guerra), se han unido, a través de los tiempos, espiritualidad, riqueza estética, artesanía, simbología, romanticismo, deporte, estilos, tecnología.... y ese sentido de la identidad tan especial que otorga a quien usa un arco. Los arqueros, tan diferentes unos de otros. Tantos mundos en uno solo. Arqueros celtas, (mi amigo Guillem), arqueros artesanos, (mi amigo Toni Vera), familias de arqueros, (mis amigos, los Pallares), arqueros olímpicos, con esa pulcritud y corte académico que los caracteriza, (mi amigo Raul Quiles), arqueros veteranos y sabios,(mi amigo Plinio Pardo), arqueros medievales, (mi amigo Didac Enrich), niños arqueros, (mi amigo Jon Sierra, de ocho años). Y por supuesto las mujeres, claro....disculpad que no os haya puesto al principio chicas.......Arqueras de estilo y porte elegante, ( mi amiga Luz Javiér), arqueras del mundo de Tolkien, ( mi amiga Esther Rodriguez), arqueras aventureras ( mi amiga Silvia Oller), arqueras de los bosques, (mi amiga Alicia Vargas)......Bueno, ...continuará.
